La Terapia Gestalt es un método terapéutico, relativamente joven, creado en 1951 por Fritz Perls, médico neuropsiquiatra y psicoanalista.
Es un modelo relacional que explica el mundo de una manera positiva y revolucionaria, centrado en cómo poder aliviar el sufrimiento humano y fomentar el desarrollo personal.
¿Por qué se acude a terapia?
La principal causa por la que se acude a terapia es porque desarrollamos un modo de estar en el mundo, que seguramente nos sirvió en un momento dado para adaptarnos a él, pero que sin ser conscientes muy bien de ello, lo hemos hecho rígido. Pero el cambio es lo único estable, y para poder adaptarnos a él nos tenemos que hacer más flexibles.
Esto, a su vez, supone una restricción de nuestro autoconcepto, es decir, que nos anclamos en una serie de características con las que nos identificamos y funcionamos, olvidando de este modo, que en realidad somos eso y muchas más posibilidades.
¿Qué hace el terapeuta Gestalt?
El terapeuta, con todos sus sentidos presentes (a esto lo llamamos presencia), favorece que el cliente se dé cuenta de su modo de estar en el mundo. La herramienta que hace que esto sea posible es el propio terapeuta, resonando con el cliente y la relación que se establece entre ambos. El proceso terapéutico provoca el darse cuenta (insight) del paciente, abriendo espacios de conciencia para ir ampliándolos hasta que llegue a permanecer en ellos la mayor parte del tiempo.
¿Cómo lo hace?
Mediante el apoyo de aquello que está haciendo la persona, que es potenciador y le está sirviendo. Ofreciéndole herramientas para que pueda salir un paso más allá de la zona de confort. Así, estará contribuyendo a ampliar el concepto de sí mismo y creará un modo diferente de estar en el mundo, de relacionarse con las cosas y personas que le rodean, recuperando así su propia libertad.
El terapeuta tiene que estar atento a lo que el paciente le cuenta y al cómo lo cuenta, no sólo al síntoma, hay que dejarse impactar y conmover porque es precisamente a esa necesidad a lo que se necesita responder.
Esto se consigue mediante una escucha atenta, siendo amables y humildes, a través de la cercanía. No es posible un dialogo igualitario sin una relación simétrica. Se necesita traer al paciente al aquí y ahora, pues es el presente el único lugar en el que se puede actuar para cambiar las cosas y hacernos responsables.
Como dice Claudio Naranjo: “La terapia Gestalt es una manera de estar en el mundo”, una actitud responsable que nos permite aceptar lo que está pasando y cómo estoy actuando, porque es ahí donde se produce el verdadero cambio.
En definitiva, las bondades de la terapia Gestalt sirven para todas aquellas personas que desean ampliar su modo de actuar en la vida y seguir creciendo aprendiendo de sí mismas.
¿Quieres verlo en imágenes? Ayudándome del soporte gráfico de algunas maravillosas escenas que el séptimo arte nos ha regalado, en el artículo La terapia Gestalt en imágenes podrás comprender los conceptos con los que trabajamos en la terapia Gestalt.
Rosa Soler
Terapeuta Gestalt