La Terapia Gestalt, es una terapia humanista creada por Fritz Perls (1893-1970).

Concibe al ser humano de un modo holístico al contemplar sus dimensiones: corporal, emocional, afectiva, conductual, social, mental y espiritual. Ya que nuestro estado de ánimo, el cuerpo, las relaciones sociales, las emociones y los pensamientos, se afectan de un modo recíproco y se relacionan íntimamente conformando un todo.

El principal objetivo es atender a lo que nos sucede a las personas y aquello que necesitamos. Para ello se busca incrementar la consciencia y como resultado una mayor asunción de responsabilidad llegándose a convertir en una filosofía de vida donde hallar más plenitud, respeto y honestidad.

La terapia Gestalt se apoya en tres principios básicos:

1. Darnos cuenta

Es el primer paso para poner consciencia y decidir si deseamos aceptar ese aspecto nuestro o elegimos hacer otra cosa. De este modo, si somos conscientes de nuestro cuerpo, nuestras emociones, de cómo actuamos, nos relacionamos, de cómo pensamos, qué sentimos,… podremos hacer algo diferente.

2. Presente

Es el tiempo donde se producen todas nuestras vivencias y es en él donde podemos actuar. La terapia Gestalt es una terapia experiencial y por ello se centra en el aquí y ahora.

3. Responsabilidad

A través de las comprensiones en nuestra experiencia aprendemos a ofrecer respuestas (hábiles) a las demandas que se nos presentan. “Estar consciente es ser responsable” y “hacernos cargo de todos nuestros actos, impulsos y sentimientos, identificarnos con ellos y aceptar todo cuanto hacemos como nuestro, también” como dice Joel Latner en los Fundamentos de la Gestalt.

El uso de la Terapia Gestalt en estos momentos es muy amplio y se da en diferentes contextos. Se emplea principalmente en la terapia individual, grupal, familiar, infantil y adolescente. No obstante, debido a sus beneficios se ha extendido a la consultoría organizacional y empresas, servicios sociales y en todos aquellos ámbitos donde las relaciones humanas juegan un papel esencial.